¿Quién somos?


Todo podría ser falso.


Hasta que se demuestre lo contrario, esta podría ser la puerta a una telaraña demiúrgica dedicada a la gestación de una distorsionada visión del Arte. 


Ilusos, los soñadores que se arrastran por la ponzoñosa superficie de un lienzo corrupto, consumistas, materialistas y narcisistas endogámicos, conscientes de su esclavitud, sabiéndose bajo el yugo de espejismos hipnóticos, sobreviviendo, como acólitos resignados, cual hormigas hambrientas, incapaces enfrentar sus miedos más oscuros, anhelando purgar la culpa que sienten por la inactividad, retorciéndose, compungidos, ante la atroz visión del holocausto emocional que destruye a la humanidad, enfrentando la impotencia existencial, cegados, desorientados, sedientos de futuro, embarcados en naves de obsidiana, buscando los nuevos rostros de la creación.


Quizás, al otro lado del horizonte, sólo hallen el reflejo de un hogar abandonado, un espejismo desolado, evitando ser devorados por el Tiempo, contemplando, impávidos, cómo se extingue su existencia, regurgitando los días pasados, entre sollozos pueriles y balbuceos seniles, ante el ocaso inexorable de las ideas marchitas.


Desean devorar y amanecer como una explosión de esperma solar.


Acérquense..., contemplen..., saboreen el banquete... 


Tempófago.